La cosa empezó cuando salí de mí casa, En realidad empezó mucho antes, cuando compré la entrada, pero la magia, empezó esa misma noche. Dos horas antes. Salgo de casa, me subo al taxi… “la increíble victoria de Gimnasia” alcanzo a escuchar. Ya la cosa se ponía sospechosa. Me bajo en 7 y 48, casi me pisa un Bondi, cruzo, abrazo a Aye y nos ponemos a recordar nuestras noches con el Flaco, y la emoción porque falta una hora y media nomás. Llegamos a la cola, y seguimos charlando chochas (y con frío) hasta que aquella no se banca la ansiedad y se va a comprar gomitas. Yo de la ansiedad también, me prendo un puchín y me pongo a charlar con el vecino (de la fila claro), un limado, fanático, y con una capacidad increíble para contarte 10 veces en 20 segundos como había saludado al flaco en la puerta del coliseo hacía ya varias horas, y hacerte reír aún cuando ya sabías como seguía. En esa, lo veo a Benja que venía, vamoos! Eso sólo podía indicar que faltaba menos. Llega, saluda, incluso al desconocido jaja y nos ponemos a charlar. Minutos después, viene un señor y se lleva a nuestro elocuente y fanático amigo (que a todo esto nos enteramos era zoológo) a la zona de la fila vip. Así, mientras nos impacientabamos más y más, bah Aye y yo lo hacíamos, Benja era como que no transmitía nada más que frases para discutir cualquier cosa que yo dijera, cuando cae un joven muchacho y nos pregunta si nos puede sacar una foto, “sisi” dijimos contentos, click! “Whisky” (“fernet” pensaba mi elocuente interior y se reía de su propio chiste), sonrisas por partida triple, “listo chicos, gracias”. Se va. Pasan 7 minutos, máximo. Entramos. Wiiiii. Un tipo pretende entrar con una lata de “Quilmes”, lo detienen, nos reímos. Entramos al “Paraíso”, ciertamente. Nos ubicamos hacia la derecha. Benja se va al baño y le digo a Aye: “Espero que llore, es la primera vez que ve al flaco” jaja. Cuando vuelve, empiezan a llover antropólogos, aparece Male, más luego Lu y para rematar lo cruzamos también a Diego. 18 minutos después, (de verdad que estabamos a
Saludan y empieza a sonar “Un viento Celeste”, Benja se acerca y me dice, antes del tercer acorde: “Ya me emocioné”. Yo sonrío emocionada por su emoción, una cosa de locos. Sigue con dos temas de Pan “Cabecita Calesita” y “Proserpina” (dame una palabra, yo te daré dos… y yo casi me pongo a llorar). Después, el Flaco se señala su remera, y nos recuerda que conduzcamos a consciencia, en la calle y en la vida (la segunda vez que el Flaco me lo dice) y toca“8 de Octubre”, brutal. Por segunda vez en 24 horas, vuelvo a escuchar el poema de un grande, cantada por otro grande: “Guitararra” de Atahualpa Yupanqui (el día anterior la había cantado León en Atenas). Aparece un invitado, un tal Balti tocan un tema. De repente, un rasguido, sólo un segundo, toda la gente se pone alerta, y Aye pasa la mano por atrás de Benja y me agarra el brazo y me zamarrea, “¿Escuchaste Gua?¿Escuchaste?”. Y mi vecino de butaca le dice a su mujer: “La herida de París”, con una voz que transmitía una emoción…! Después, más temas de UN MAÑANA, disco que en esencia estaba siendo presentado: “La mendiga”, “No quiere decir” y “Mi Elemento” con un tal Guille, pareja de la excelente bajista que tiene el flaco, que toca, perdón por el modo, pero que TOCA COMO
Nos paramos, y empezamos a caminar lentamente. ¿Puede ser qué cada vez que lo vea sea mejor?
Gracias Benja y Aye por compartirlo conmigo.
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